Consejos para esquiar a edad avanzada
Cualquier edad es buena para esquiar, así tengas más de 50 años, si tienes ganar de moverte en la nieve ¡hazlo! ¿Es tarde? ¡Para nada!, muchos se lanzan con ímpetu veinteañero a los brazos de deportes que jamás han practicado. El esquí es uno de ellos. Lo único que no podrás lanzarte con pasión enloquecida y sin precauciones a un deporte que nunca has practicado. Tómatelo con calma y sigue estos consejos para que tu experiencia en la nieve no se acabe convirtiendo en una frustración.
El esquí no es una disciplina cualquiera. Al ser la velocidad uno de sus componentes principales, debe considerarse deporte de riesgo. A ello hay que unir las circunstancias donde se practica: la alta montaña, donde reinan el frío, la altitud y muchas veces agentes meteorológicos indeseables como la niebla, el viento y las propias nevadas. Condiciones que exigen unas características básicas para empezar a practicarlo. Más aún a las referidas edades.
Empieza caminando y haciendo actividades más ligeras antes de dar el salto a la nieve, la edad no es un impedimento pero si la forma física, mantente saludable y así tengas buena forma física, no debemos olvidar que el esquí es un deporte con el factor riesgo siempre presente.
Debes ser consciente de que a partir de los 40 o 50 años las articulaciones son más sensibles; las mujeres, además, llegan a la menopausia, con la consiguiente reducción de los niveles de calcio óseo, que hace más frágil los huesos, pero con ganas y precaución, todo es posible. Eso sí, es imprescindible hacerte un chequeo de tu estado de salud y tener una precisa valoración de su fuerza física y potencia muscular. También es importante comprobar si existe algún tipo de dismetría, asimetría o descompensación muscular.
Contar monitor/entrenador es muy importante para todo aquel que se inicie en la práctica del esquí, es aún más fundamental (por no decir imprescindible) hacerlo a partir de los 40-50 años. Sus consejos serán oro para ti y sabrá enseñarte y orientarte en función de tu velocidad de aprendizaje y de tus capacidades físicas. Te ayudará a llegar más lejos y de una forma segura. Recuerda que un accidente esquiando en montaña es contraproducente: el daño físico, y sobre todo psicológico, te puede hacer retroceder hasta la casilla de salida todo lo aprendido en meses.
El calentamiento y el enfriamiento es importante para todos, y especialmente para los mayores de 50 años para activar la movilidad articular que usaremos esquiando: piernas, brazos, hombros y troncos.
Dentro del calentamiento también entra la propia práctica del esquí. Aunque ya hayas avanzado algo en las pistas, es recomendable empezar siempre suave, con pistas de poca pendiente y a baja velocidad. Aprovecha para refrescar las técnicas de giro y de coordinación. Cuando reenganches tu cuerpo a los esquís, ya podrás seguir la jornada metiéndole un poquito más de caña. La paciencia será tu aliada y, sobre todo, aprovecha cada bajada para disfrutar al máximo de este deporte.